Cáncer/hemopatías malignas

Explicación

Recomendaciones de vacunación en población infantil con cáncer/hemopatías malignas

Recomendaciones de vacunación en personas adultas con cáncer/hemopatías malignas

Tabla de Vacunación en menores con cáncer/hemopatías malignas

Tabla de Vacunación en población adulta con cáncer/hemopatías malignas

Explicación

Las personas con cáncer pueden presentar inmunosupresión como resultado de su enfermedad subyacente y/o por el uso prolongado o intensivo de quimioterapia administrada con/sin radioterapia. Esta situación puede durar incluso hasta unos meses tras la suspensión del régimen terapéutico. Adicionalmente, pueden perder total o parcialmente la protección conferida por las vacunas administradas antes del inicio del proceso mórbido y responderán de manera deficiente a las vacunas administradas durante la terapia o incluso hasta un tiempo tras su cese. Esta inmunosupresión puede revertirse no antes de los seis meses para los linfocitos B y de nueve a doce meses para las células T, tras la finalización del tratamiento. Una vez concluido, en general, los títulos de anticuerpos frente a las vacunas recibidas antes del trasplante se recuperan en cierta medida y, por otra parte, la respuesta inmune a las vacunas recibidas es bastante buena al preservarse las células T de memoria. Este daño al sistema inmune varía en función de la edad de la persona, del tipo de cáncer y de la intensidad de la terapia recibida.

Un dato importante es que los menores se encuentran en mayor riesgo de perder los anticuerpos específicos vacunales.

También conviene tener presente que, debido a su mayor incidencia, la gran mayoría de los estudios de vacunación en cáncer/hemopatías malignas se han llevado a cabo en poblaciones pediátricas con leucemia.
Por tanto, las preguntas clave de la vacunación en este tipo de personas son: ¿vacunamos?, ¿cuándo?, y ¿cómo?

Respecto al primer punto, hay unanimidad en los estudios publicados en cuanto a procurar actualizar el calendario de vacunación en la infancia o en la edad adulta, según el caso, antes del inicio de la quimioterapia, al menos de dos (vacunas inactivadas) a cuatro semanas (vacunas atenuadas). Respecto al cuándo, se acepta, en general, que se pueden recibir vacunas inactivadas de tres a seis meses (aconsejable seis meses), después de haber completado la quimioterapia, o de seis a doce meses en el caso de haber recibido anticuerpos anti-células B. Para recibir vacunas atenuadas se aconseja esperar al menos seis meses, aconsejable doce meses, tras finalizada la terapia. En relación al cómo, la pregunta es si se hacen marcadores previos o directamente se administra una dosis de recuerdo de las vacunas que previamente ha recibido o primovacunación si no se había vacunado anteriormente.

En quienes dispongan de pautas vacunales correctas antes del proceso mórbido y teniendo en cuenta que:

a) La memoria inmune postquimioterapia permanece intacta, lo que implica excelentes respuestas inmunes postvacunales.

b) La relativa ausencia de efectos adversos notables tras las revacunaciones.

c) La dificultad de medir los títulos para algunas enfermedades inmunoprevenibles.

d) La ausencia de parámetros séricos subrogados de protección para otras.

e) El mero hecho de una punción venosa hace más eficiente, en general, y desde un punto de vista logístico, la política de repetición de la vacunación universal en menores, con vacunas atenuadas e inactivadas, respecto al inicio de novo de un esquema de vacunación. En el caso de llevar pautas incompletas, es evidente la necesidad de completar el esquema correcto. En las personas adultas vacunadas correctamente antes del tratamiento, se realizará serología para sarampión y varicela una vez concluido para valorar vacunación. En caso de que no aporte documentación vacunal sería válida la serología previa para sarampión y varicela antes de comenzar el tratamiento inmunosupresor, para vacunar si es necesario.

Respecto a la vacunación pre y postratamiento, y tanto en la infancia como en la edad adulta, se tendrá siempre en cuenta si la situación clínica permite la administración de vacunas.
Otro aspecto importante, y frecuentemente olvidado, es la vacunación del entorno familiar más cercano al objeto de crear alrededor de la persona enferma un «cinturón de inmunes».

Recomendaciones de vacunación en población infantil

1. Menores que no hayan recibido la pauta completa de primovacunación.

 

Triple vírica

Varicela

Neumococo

Gripe inactivada

Meningococo C

DTPa/VPI/Hib/HB

2. Menores que hayan recibido una pauta completa de vacunación.

 

H. influenzae tipo b

Triple vírica, VPI y hepatitis B

Meningococo C

Varicela

Neumococo

Gripe inactivada

dTpa o DTPa

Recomendaciones de vacunación en personas adultas

Triple vírica

VARICELA

NEUMOCOCO

Gripe inactivada

Hepatitis B

Tabla de Vacunación en menores con cáncer/hemopatías malignas

Tabla de Vacunación en menores con cáncer/hemopatías malignas